Decir
“amor Sí Macri no” es resistir a los abrazos limpios. Porque abrazarnos para
mirar para adelante desde el afecto es nuestra estrategia. No venimos acá a
ponderar las bondades de un modelo que tiene muchas cuentas pendientes. No
olvidamos a Angel Verón, asesinado a golpes en el Chaco, ni a Franco Casco o a
Pichón Escobar, víctimas de violencia institucional en la provincia de Santa
Fe. No venimos acá a hablar maravillas de uno de los candidatos ni a dar un
cheque en blanco. Venimos a decir que sabemos perfectamente a donde no queremos
volver. Rechazamos la idea de la normalidad, de lo natural, esa familia
occidental y cristiana que confina a muchxs al rincón escondido y patologizado
de lo monstruoso.
Rechazamos
la homofobia, la lesbofobia y la transfobia. Rechazamos los discursos que
niegan la posibilidad de amar, sólo porque no se ama según sus reglas.
Rechazamos a quienes imponen los modelos en los que sólo queda caber o quedarse
afuera. Modelos de exclusión económicos pero también subjetivos. Queremos ser
nuestros propios modelos, volar desde nuestras subjetividades dentro de modelos
de inclusión.
Sabemos
lo difícil es defender nuestros cuerpos disidentes frente a cualquier gobierno,
pero también estamos conscientes de cómo se vienen ampliando derechos. Y no fue
ninguna dádiva, sino más bien la consecución alegre de nuestras luchas. Pero
esas luchas, hermanas de las que llevan los organismos de derechos humanos,
hermanas de las luchas de muchxs trabajadorxs como los de la Educación,
hermanas de tantas luchas, tienen terrenos más o menos fértiles.
Y
nos preguntan por qué No a Macri en lugar de gritar Sí a Scioli. Y decimos que
en esta coyuntura lo importante es decir adonde no queremos volver. Llevamos 12
años escuchando qué tipos de políticas quieren imponer para “encarrilar” el
país y hoy les vemos restregarse las manos por la restauración conservadora.
Sabemos qué quieren hacer porque no lo han ocultado, aunque ahora lo quieran
edulcorar. No estamos agitando ningún miedo. Venimos a decir que los derechos
adquiridos son un piso, no un techo. Que para pelear por todo lo que queremos,
necesitamos que no nos obliguen a pelear para no retroceder.
Que
no queremos volver a salir a la calle por recortes en educación, que no
queremos salir por paritarias, que queremos salir por nuevas conquistas, no
para abroquelarnos en las que ya están.
Sabemos
qué no queremos, aunque acá nos una la diversidad de qué es lo que queremos. No
estamos ilusionados con nadie porque, entre otras cosas, sabemos que sólo nos
puede salvar la potencia de nuestros amores libres, de los abrazos, de la trama
que podamos armar para sostenernos entre todxs.
Por
eso, Amor sí, amor sí, amor sí. Porque los pueblos no odian, como dijo
Jauretche, odian quienes pierden sus privilegios.
Sonia Tessa. Rosario, 1º noviembre 2015.
No hay comentarios:
Publicar un comentario